1. Los hábitos alimenticios de los países industrializados preconizan el consumo de comida rápida, con alto contenido en grasas saturadas, proteínas animales e hidratos de carbono refinados, en detrimento de alimentos frescos y ricos en antioxidantes como las frutas y verduras.
Como consecuencia de estos factores dietéticos característicos del mundo occidental, estamos sobrealimentados pero mal nutridos. Esto justifica el desarrollo de enfermedades como la diabetes, obesidad, patología cardiovascular y ciertos tipos de cáncer del tracto aerodigestivo.