2. Del mismo modo, en la cavidad oral, tanto la caries como la enfermedad periodontal, pueden precipitarse como consecuencia de una dieta inadecuada y pobre en antioxidantes.
Por un lado, la alimentación influye directamente en la arquitectura de la placa bacteriana que producimos, así como en la respuesta inmune de los tejidos gingivales contra dicha placa.
Por otro, las bacterias orales producen ácidos como consecuencia de la metabolización de los azúcares de nuestra dieta. Estos ácidos provocarán desmineralización y caries.
3. Los antioxidantes han demostrado tener un papel beneficioso en la salud debido a su acción preventiva y terapéutica.
Su acción preventiva consiste en 1) neutralizar a los radicales libres, moléculas con capacidad de producir daños celulares, tisulares y envejecimiento. 2) neutralizar productos carcinogénicos, evitando la progresión tumoral.
Su acción terapéutica consiste en disminuir la inflamación, reparar del ADN, e incluso son capaces de revertir lesiones premalignas.
El cáncer oral representa el 2-4% de todas las neoplasias diagnosticadas, situándose en el quinto puesto de los más comunes en el mundo. El pronóstico de supervivencia es reducido debido al retraso en el diagnóstico. Por este motivo la prevención es muy importante, limitando factores de riesgo como el tabaco y el alcohol, preservando la salud oral y siguiendo una dieta equilibrada rica en antioxidantes: frutas, cereales y verduras.
Alimentos ricos en antioxidantes
Por todo ello, aconsejamos reducir el consumo de azúcares refinados para prevenir la caries y aumentar la ingesta de alimentos ricos en antioxidantes, por sus múltiples beneficios para la salud general y la bucodental en particular.